La campaña electoral de Estados Unidos ha generado un debate paralelo sobre la información veraz en las redes sociales. La publicación reiterada de noticias falsas en Facebook y Twitter y el impacto potencial que esto puede conllevar es un problema que lleva afectando a estas redes sociales desde hace mucho tiempo.
La victoria del republicano Donald Trump, ha llevado a Facebook y a Google a reaccionar tras la publicación reiterada de noticias falsas. Tanto el buscador como esta red se han visto vínculos a páginas webs plagadas de calumnias, rumores y mentiras. Todo tipo de bulos han circulado a sus anchas por las redes sociales, bulos que han ido desde que el papá Francisco apoyaba a Trump hasta que los Clinton habían adquirido una mansión de más de 200 millones de dólares es las islas Maldivas. Esto ha generado una preocupación global ya que en Estados Unidos casi la mitad de la población utiliza Facebook para informarse de lo que ocurre.
Conscientes de que el alcance de este tipo de noticias es inmenso, Google Y Facebook se han comprometido a cancelar cuentas y bloquear el acceso publicitario a los contenidos engañosos aun sabiendo que esto conlleva una pérdida económica que se traduce en miles de dólares. Para conseguir este compromiso van a aplicar controles que separarán la información veraz de la que no lo es. Una tarea complicada pero necesaria de realizar si quieren ser una herramienta de comunicación y conseguir que los usuarios confíen en sus publicaciones.
En la actualidad, los medios de comunicación tradicionales han visto en las redes sociales una forma de unirse a este mundo digital. Google y Facebook se han convertido en distribuidoras globales de información y por ello, adoptan nuevas obligaciones. De la misma manera que vetan mensajes amenazantes o de odio o, incluso, imágenes de personas desnudas, que atente contra los derechos humanos, deben velar por una información veraz. No se trata de censura se trata de estar bien informados.