El otro día hablamos sobre las claves para que un negocio tenga éxito. En él mencionamos cuáles son los focos fundamentales. Por ello, hoy vamos a centrarnos un poco más en el producto.
Política de producto
Concepto de producto:
El producto es cualquier cosa que cuenta con atributos y características que satisfacen un deseo o una necesidad. Son bienes tangibles o intangibles. Este cuenta con tres niveles:
- Producto fundamental: Lo que en realidad compra el cliente. Es el beneficio fundamental que los consumidores buscan cuando lo compran. (Lápiz)
- Producto real: Cuenta con cinco características; nivel de calidad, atributos, diseño, nombre de marca y envase.
- Producto aumentado: Ofrecen servicios y beneficios adicionales para el consumidor. (Lápiz con goma)
Calidad de producto:
Nos referimos al nivel y consistencia.
El nivel de calidad es la habilidad de un producto para desempeñar sus funciones. En esto incluimos la durabilidad, facilidad de uso y de reparación, precisión, etc.
La consistencia, mide el apego a la calidad del producto. Esto se define en un producto sin defectos que ofrece la satisfacción que el cliente espera por el precio que ha pagado.
Lo importante no es alcanzar un gran nivel de calidad, sino, una vez posicionados en un determinado nivel, que el producto sea capaz de mantenerlo. Cubrir las expectativas de los clientes, un producto con consistencia.
Atributos del producto:
Atributos intrínsecos son los que necesariamente debe tener cada producto. Fórmula química, materiales, etc. Imprescindibles para que el producto desempeñe su función. Componen el producto o beneficio fundamental. Son cualidades captadas por los sentidos.
Atributos añadidos aquellos que no son imprescindibles. No son necesarios para que el producto funcione, pero aumenta su utilidad. Le da más valor y la diferencia del resto. Estos son modificables como su diseño, color, olor, sabor, tamaño, envase, etiquetado, embalaje, etc.